De la pareja a familia. Transitando hacia la piel y los sentidos
El nacimiento de un hijo supone numerosos cambios vitales, los cambios más evidentes, los que se perciben antes de dar a luz, son quizás los más fáciles de asumir y recorrer, sin embargo hay cambios profundos, vivencias en la identidad propia, los vínculos, sorpresa por las emociones que surgen, que son más difíciles de conocer de antemano y con los que muchas parejas se sorprenden cuando aparecen junto a la llegada de su hijo.
Cuando nace un hijo también nace una madre y un padre, en los momentos después del parto, la pareja, de forma abrupta, pasa de ser dos a cuidar de un ser dependiente las 24 horas del día, que además viene sin manual de instrucciones. Eso supone disponer de mucha energía para aprender el “lenguaje del hijo” y mucha energía para poder cuidarlo y mantenerlo con vida y sano.
El tiempo disponible para el ocio, la pareja, los amigos, se ve drásticamente reducido con la llegada del bebé, porque el tiempo de un día son 24 horas y el cuidado del bebé ocupa mucho de este tiempo, el tiempo restante suele quedar para los aspectos imprescindibles de sostenimiento humano, y a veces ni eso, comer, dormir, higiene básica, etc.
Esta energía dispuesta para el bebé está apoyada a nivel biológico a través de un complejo sistema hormonal y emocional, que proporciona, especialmente a la madre, refuerzos para cuidar de esta forma tan entregada y amorosa, de una forma que los bebés humanos necesitan para su desarrollo físico, afectivo y psicológico (creación de un apego seguro). Entre estos refuerzos, la madre destina su sexualidad y sensualidad a lo sensorial y lo relacionado con el bebé de esta forma:
- Debido a la prolactina segregada para la lactancia la madre dirige el interés hacia el bebé y supone una reducción de testosterona, que está relacionada con el deseo sexual. Las endorfinas segregadas envuelven a la madre y al bebé en un nido amoroso donde hay poco espacio y energía para otras personas o intereses.
- Los altos niveles de Oxitocina, segregados en el parto y después de éste durante el amamantamiento facilitan que la experiencia de lactancia sea placentera, incluso la madre puede experimentar sensaciones intensas de placer mientras da de mamar
- Los estrógenos disminuyen, lo que supone una disminución de la lubricación genital
- El parto supone una experiencia sexual para la mujer intensa y fuerte, durante el mismo se segregan las mismas hormonas que durante el coito, incluso en cantidades más altas
Además, la madre después del parto, especialmente si ha tenido un parto intervenido o una cesárea (lo cual es una operación mayor, que necesita un tiempo adicional de recuperación corporal) puede estar:
- Terriblemente cansada, esto se agrava al estar pendiente del bebé, que en los primeros meses no establece un ritmo de sueño constante ni diferencia entre la noche y el día
- Dolorida o molesta en la zona genital, sobre todo si ha sufrido una episiotomía, toda la zona vaginal y vulvar ha sido intensamente estimulada con un parto vaginal
- Pendiente del bebé, lo cual hace que sea difícil centrarse en otra actividad de ocio o de placer como antes, el bebé puede llorar o reclamar en cualquier momento y esta atención vigilante no ayuda a dejarse llevar y relajarse con un encuentro íntimo
- Con el cuerpo muy sensible, las mamas pueden estar doloridas o muy sensibles al tacto, por lo que las caricias que quizás antes pudieran ser excitantes y placenteras, después del parto pueden resultar molestas y no deseadas. También puede estar con extrañeza descubriendo este nuevo cuerpo, que segrega fluidos, que se va acomodando lentamente tras el embarazo y el parto.
- Emocionalmente a flor de piel, la madre está sintonizada con el bebé, tiene la “piel fina” como su hijo, para poder estar sensible a su sentir y sus necesidades, esto hace que pueda tener altibajos, cambios de humor y una gran sensibilidad. Además puede aparecer enfado, al conectarse con su propia necesidad de ser cuidada y al no poder atender sus propias necesidades, incluso las más básicas, emoción que se suele dirigir hacia la persona más próxima y de confianza, y también puede aparecer agresividad defensiva hacia familia o personas con conductas invasivas (Es habitual la conducta de la madre que reacciona de forma protectora “el hijo es mío” con familiares o amigos, esta conducta es habitual entre mamíferos y suele ir remitiendo con el tiempo)
- Con necesidad de afecto, cuidado y cariño. La piel se convierte en una fuente de placer muy importante para la madre. Si la madre está cuidada será más fácil para ella disponer de cuidado a su hijo, si está bien nutrida podrá dar a su hijo afecto amor y cariño.
- Insegura y desconcertada con los cambios en su vida, el cambio corporal, su pérdida de identidad como trabajadora, el rol de madre que puede desplazar temporalmente la identidad de mujer, pareja, amiga, ciudadana activa. Por todo ello, la mujer puede sentirse poco atractiva, poco interesante y pueden aparecer temores a no ser deseada, relegada al espacio de la casa y con poco tiempo para cuidarse ella.
- Enamorada y absorta con su bebé. Interesada y fascinada con él y lo relacionado con la maternidad, La mirada de la madre se desplaza hacia el hijo, para crear este vínculo tan importante para su crecimiento.
- Presionada con volver a tener relaciones coitales. El tiempo para restablecer las relaciones con penetración no lo marca lo biológico, el tiempo de curación de heridas o el restablecimiento físico (la famosa cuarentena), lo marca el deseo y la disponibilidad de la mujer, respetando su propio reloj interno (y no sólo los indicadores externos), esto puede variar de una mujer a otra, ya que se trata de un tiempo subjetivo.
Todas estas condiciones del posparto no suelen ayudar a restablecer los encuentros sexuales de pareja. Ya hemos visto que se producen cambios profundos a varios niveles en la maternidad, Hace falta un tiempo para acoplarse a los cambios, permitir el restablecimiento del cuerpo y las emociones e ir colocando la experiencia transformadora de la maternidad. Esto incluye la sexualidad, que puede cambiar tras la llegada de un hijo por todo lo comentado anteriormente.
¿Y qué pasa con el padre? La llegada del bebé supone un gran cambio también para el padre.
Los hombres actualmente pueden tener dificultades para encontrarse con la función padre, ¿qué es ser padre hoy? Actualmente el rol del padre está ampliado, ya no es sólo la persona que aprovisiona o va a trabajar, actualmente el padre está involucrado en la crianza e incluso puede ser el cuidador primario. Esto supone un reto extra ya que no está muy claro qué lugar ocupar, especialmente los primeros meses de llegada del bebé, donde la madre suele atender las necesidades nutricias del hijo si da de mamar.
Es posible que el padre esté desorientado, no sepa qué lugar ocupa en esta relación mamá-bebé, ni entienda qué ha pasado con su pareja.
Como una de las formas de restablecer la conexión, de acercarse emocionalmente es a través de las prácticas sexuales, puede que quiera restablecer los momentos de intimidad antes que su pareja. El posparto es un momento MUY ESPECIAL y una oportunidad para ampliar los encuentros no sólo con prácticas coitales sino también con masajes, caricias, abrazos y cuidados. Normalmente la mujer no suele desear un encuentro con penetración, y a la vez necesita la parte afectiva, de piel e intimidad del encuentro íntimo. El padre puede interpretar la petición de afecto de la madre como demanda de sexo y luego sentirse rechazado al rechazar la madre el encuentro sexual, especialmente con penetración. Además puede creerse excluido de la relación amorosa y especial entre madre-hijo, tan necesaria para la creación de un vínculo de apego seguro.
Si a esto sumamos los niveles de cansancio y el poco tiempo personal y de ocio durante estos primeros meses, vemos cómo a veces la situación de pareja puede ser vivida como crítica, cuando se trata de una crisis situacional y que suele evolucionar con el tiempo y los cambios evolutivos en la crianza.
Normalmente a los 6 meses los cambios a nivel fisiológico se van suavizando, ya que el nivel de prolactina baja y los niveles de hormonas responsables de la líbido empiezan a subir.
Propuestas y Reencuentros en la práctica amorosa y el encuentro de pareja
Una oportunidad para volver a la piel y a lo sensorial
Está claro que el encuentro sexual, como manifestación de encuentro libre e íntimo entre dos personas ha de ser querido y aceptado por las dos partes.
¿Cómo poder, entonces, acercar las necesidades de efecto, nutrición, conexión e intimidad que suelen satisfacerse con la relación de pareja cuando tanto el deseo como la energía para la actividad sexual está disminuida?
Cada pareja es un universo, seguramente con este marco general pueda la pareja ir encontrando aquellas prácticas, actividades y encuentros que más les satisfagan y que sean placenteros y gustosos para los dos.
Como ampliación podría ser posible probar con alguna de estas propuestas y ver si cuadran con cada uno y con la dinámica familiar:
- Crear espacios de COMUNICACIÓN, de compartir lo que me está pasando, cómo lo estoy viviendo, más allá de las expectativas o de lo que otros dicen debería ser. Poder hablar de los miedos, inseguridades, enfados, y crear un espacio de escucha y respeto donde poder recoger estas vivencias, a veces ambivalentes con la llegada del bebé.
- Buscar tiempo de acercamiento corporal. DAR Y RECIBIR PLACER SIN EXIGENCIAS. Tocar piel y ser tocado es una experiencia relajante y nutritiva de reconocimiento del otro y del propio cuerpo. Crear espacios de masajes y caricias por el cuerpo, excluyendo inicialmente la zona genital, con la finalidad de transmitir amor, presencia y poder disfrutar del contacto y de lo sensorial.
- Si la mujer se siente sensual y le apetece ampliar el juego, una variante consiste en ampliar las zonas de caricias a los genitales y los pechos, si a ella le gusta. Estos masajes no están orientados al orgasmo sino a aumentar el placer y el disfrute sin alcanzar ninguna meta concreta
o Puede ayudar crear el propio aceite de masaje con un aceite vegetal y aceites esenciales de calidad (son estimulantes los aceites de Ylang-Ylang, rosa, canela, sándalo, jazmín…pero puedes usar los olores que te gusten)
o Las caricias han de ser lentas al principio , para permitir que los nervios puedan integrar las sensaciones, no se trata de un masaje terapéutico, para aliviar tensiones, sino de buscar el placer y el goce del contacto
o Cada uno puede estar responsable y consciente de su propio placer mientras recibe el contacto, por ello va bien dar indicaciones al otro, sobre una zona que agrada más ser acariciada o una necesidad que surja en el momento.
- Si se desea una relación coital, probar con un lubricante vaginal o un aceite vegetal (si no se usa preservativo) para facilitar la penetración
En resumen, Sexualidad es mucho más que genitalidad y penetración, hay tiempo para recobrar las prácticas anteriores al parto, en este intervalo del puerperio hay una oportunidad para abrirse y ampliar a otros encuentros quizás más acordes al momento y las necesidades, sabiendo que el posparto es un momento de transición y cambio y que dura mucho más que 40 días.
La función madre y padre lleva mucha energía, aunque es necesario que conforme el hijo vaya creciendo, esta función no coja todo el espacio de la persona, sino que se incluya en un espacio más amplio, donde poder ser la mujer o el hombre que cada uno desea, donde está incluida la sexualidad como forma de comunicación, de disfrute del cuerpo y de encuentro con el placer y los sentidos. De esta forma podremos acompañar al hijo desde el encuentro y el aprendizaje de ser uno mismo
Pasar de pareja a familia lleva su tiempo y se necesita mucho amor, paciencia y cuidado para ir tejiendo los vínculos. 3 es más que 2+1 hace falta un tiempo de reorganización para pasar de pareja a familia y luego un tiempo y energía para ir recuperando parcelas que son importantes para la persona.
Hace falta tiempo, respeto y diálogo. Merece la pena.
Feliz camino.
Isabel Villanueva
Psicóloga sanitaria CL-3071.
Psicóloga perinatal. Psicoterapeuta gestalt y corporal integrativo
reddemar@gmail.com
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