Recibe aviso para las reuniones

¿Qué es el Puerperio?

Según la RAE el puerperio se define como el Periodo que trascurre desde el parto hasta que la mujer vuelve al estado ordinario anterior a la gestación. La definición médica nos cuenta que es el periodo que comprende desde el final del parto hasta la normalización de los cambios fisiológicos producidos durante el embarazo.

¿¿Alguna vez volveremos al estado “ordinario” anterior a tener a nuestro hijo?? ¿Realmente los cambios producidos sólo son fisiológicos o algo cambia en nuestro ser, en nuestra alma, cuando somos madres? ¿El puerperio termina realmente a los famosos 40 días?

Te propongo olvidarnos del tiempo físico, acercarnos al tiempo emocional donde nos encontramos mamá-bebé, rechazar la invitación a volver a ningún estado ordinario y adentrarnos en este periodo fusión madre-hijo, cuya duración hay que descubrir y valorar de nuevo, compartir nuestros miedos, nuestras aventuras y descubrimientos.

FELIZ INMERSIÓN!

jueves, 18 de noviembre de 2021

Vuelven las reuniones de red de mar

Queridas mujeres

Tras este parón tan largo, donde los grupos de apoyo pasaron a ser virtuales, o telefónicos o vecinales, hemos vuelto con las reuniones del grupo de apoyo al posparto. Volvemos a los orígenes, este año que cumpliremos 14 años de Red de Mar en Valladolid. Volvemos comenzando con un grupo pequeño, este año sin la compañía de lactancia en positivo, en el centro cívico, en otra sala, amplia, con luz, con aireación.

Como otros años en este grupo compartimos sobre lo que pasa en el posparto, en la crianza, con la lactancia, con nuestros hijos, la puerta está abierta para que podais llegar a vuestro ritmo y al de vuestro bebé. No hace falta confirmar la asistencia, por lo que cada reunión es un misterio, cada reunión es única, ya que la construimos las personas que estamos allí.

En un grupo nos escuchamos, nos sentimos contenidas y entendidas, normalizamos lo que nos pasa, nos apoyamos y descubrimos nuevos recursos, propios y externos.

Mucha alegría al comenzar, este viernes a las 10:30 nos veremos

Isabel



martes, 28 de abril de 2020

Puerperio en tiempos del covid 19



Un video corto donde comparto algunos elementos que creo pueden ayudar en el puerperio, este tiempo de posparto inmediato, estos días de confinamiento.

En el vídeo hablo de lo emocional en el posparto y los signos de alarma a nivel emocional, para poder colocar con propiedad las palabras diagnósticas que están asociados al posparto (que la mayoría de las veces sirven como saco o tapadera de otros asuntos como crisis personales, cansancio, dificultad para poner límites, etc). Podéis ir hacia el espacio de youtube donde está colgado, pinchando en este enlace:
https://youtu.be/XDP960e0h-k
Son 6 elementos que me parecen importantes en este tiempo en el que el bebé es pequeño (primer trimestre) y la madre está comenzando a caminar como madre:

- Apoyo entre madres. Poder tener un espacio donde expresar lo que te ocurre
- Dormir y cuidado corporal (sol, ejercicio, alimentación)
- Delegar las tareas de cuidado del hogar
- Movimiento y sol y naturaleza!!
- Tiempo para una misma, poder tener espacios de retirada
- Poder recibir, no sólo dar.

Este vídeo está incluido dentro de los materiales que está compatiendo generosamente Maria José Primo, en su espacio EnMovimiento, de Palencia.

Si queréis consultar su web e inscribiros podréis ver vídeos muy interesantes sobre recuperación del suelo pélvico, sueño del bebé, etc. AQUI

Un gran abrazo
Isabel

EL VIRUS INVISIBLE QUE HACE VISIBLE LO INVISIBILIZADO

Acuarela: Afuera/adentro
Isabel Villanueva 
Vivimos tiempos muy extraños, con mucha incertidumbre y contradicciones. Lo invisible se hace visible, los asuntos que no hemos querido ver por incómodos, como la falta de apoyos reales a nuestros sistemas sanitarios y la existencia de la enfermedad y la muerte, lo frágil de nuestra economía apoyada en los servicios y la economía sumergida, la cantidad de familias que viven situaciones emocionalmente intensas y difíciles, la violencia en nuestras relaciones y con nuestros niños y ancianos, la dificultad del sistema educativo para motivar a los niños y jóvenes y la poca autonomía dada a los maestros, el colapso de este sistema cancerígeno de expansión y de abuso de los recursos naturales, las agresiones a la naturaleza, todo ello se nos muestra de forma bien visible ante nuestra mirada.

¿Seguiremos mirando?

Algunos eligen buscar un chivo expiatorio, alguien a quien echar la culpa de lo que estamos viviendo, el “enemigo” es el virus, o el gobierno, o quizás el vecino que sale al patio con su hijo, culpa de los españoles en general, de la Unión? europea, de los chinos. O quizás la culpa de todo la tenga un murciélago o un pangolín, vete tú a saber.

Esta búsqueda (proyección decimos en psicología) de un objeto donde depositar nuestro enfado, miedo, rabia, alivia un poco el malestar al principio (es una de las razones por las que usamos este mecanismo de proyección), pero tarde o temprano el malestar vuelve, ya que no es la verdadera causa de nuestra emoción desagradable y además su “destrucción” o denuncia no soluciona el asunto en el que TODOS estamos inmersos (puede generar mucho daño y dolor, eso sí)

¿Cómo un fragmento de RNA, bien pequeño, microscópico, puede ser un enemigo tan terrible. ¿Contra quien “luchamos”? ¿Ésto es realmente una guerra?

Somos naturaleza, en nuestro cuerpo hay RNA, también hay bacterias y virus (se calculan unos 38 billones de microorganismos DENTRO de cada persona), en nuestro entorno a diario tenemos contacto con miles de estas diminutas porciones de vida. Por ejemplo, en nuestras manos se estima que puede haber una media de 3.200 bacterias de 150 especies diferentes, en otro estudio se observó que en las monedas y billetes de un dólar se podían encontrar cerca de 3.000 tipos de patógenos. Necesitamos a los microorganismos para vivir y estar sanos.
Es imposible desinfectar la tierra ni a las personas porque nosotros también moriríamos, no podemos limpiar la tierra ensuciándola, no podemos poner puertas al campo y tratar de limitar el contagio poniéndonos guantes y mascarillas, no podemos quedarnos en casa toda nuestra vida. Además erradicar un virus no elimina el problema, porque el asunto no tiene que ver sólo con el virus, tiene que ver con nuestra forma de vivir, con nuestra desconexión con la naturaleza, con la pérdida de confianza en el proceso de regulación y de sanación, con nuestra falta de límites y respeto, con nuestras ideas locas sobre la salud, la vida y los seres humanos.
No estamos continuamente enfermos, a pesar de estar rodeados y rellenos de microorganismos, muchos de ellos patógenos, porque la clave no es el microorganismo, la clave es el sustrato, es el huésped, es nuestro nivel vital, de salud, el entorno donde puede-o no-crecer y prosperar la enfermedad. Nuestro sistema inmune funciona para detectar los elementos ajenos a nuestro cuerpo, que pueden alterar nuestro complejo y delicado ecosistema. Es verdad que estamos ante un virus nuevo, desconocido, que parece ser muy contagioso e impredecible, y es difícil asumir que la medicina a veces no puede hacer mucho más que aliviar o paliar, se toca la impotencia quizás porque se ha vivido mucho tiempo en la omnipotencia. La potencia nos permite hacer lo que toca y lo que es posible. Y también nos permite ver las limitaciones que tenemos en lo científico y en lo organizativo, posiblemente porque no corren paralelamente con nuestro desarrollo humano y personal.

Quizás podamos entender que esta situación actual es mucho más que un virus contagioso desconocido suelto, que ha permitido visibilizar lo que no queríamos ver, nuestro falso apoyo en una forma de vivir autodestructiva y poco conectada con quienes somos.

¿Realmente una vacuna nos va a vacunar de toda esta locura? ¿Va a solucionar nuestra situación actual para luego volver a la “normalidad”?

Nos gustan las soluciones rápidas (tipo píldora mágica) pero me temo que esta vez no será posible, quizás podamos atravesar esta pandemia, gracias al esfuerzo de los sanitarios y de toda la sociedad, pero necesitamos también mirar las raíces de nuestros problemas y precariedades actuales para poder proponer soluciones profundas, cimientos sólidos, no un nuevo parche para ir tirando (y salir elegido en las próximas elecciones) y quedarnos en peores condiciones en la próxima crisis (estos días me vienen mucho al recuerdo muchas medidas tirita de la famosa crisis del 2008…)

Hoy, mientras caminaba hacia un herbolario cercano, atravesaba un parque, exuberante de animales, de plantas, césped sin cortar y plantas abriéndose paso por caminos y rincones y me daba cuenta del orden orgánico y un tanto caótico de lo natural, tan diferente de la naturaleza con regla y cartabón que solemos ver en los parques de las ciudades. Parece nos da miedo confiar en esta regulación de ecosistemas, en este caos orgánico de los natural que nos impacta con su belleza salvaje.

Las respuestas están visibles delante de nuestros ojos.

Poder volver a la naturaleza, nuestro hábitat, a vivir de forma más conectada y respetuosa con nuestro animal interno, con nuestras necesidades y ritmos PERSONALES. Aquí no hay recetas ni protocolos, nos ayuda la guía interna…la escucha emocional y corporal de la que nos hemos apartado con la educación-domesticación. Confiar en esta organización de los organismos que desde fuera puede parecer caótica y des-ordenada pero que es compleja, armoniosa, profunda y hermosa. Esta es la organización vital, de lo orgánico, más parecida a un bosque que a un jardín inglés, con tiempos largos de naturaleza, no de máquina y reloj.

Poder escuchar los mensajes de la enfermedad, poder revisar la incapacidad que tenemos de parar, de parar de verdad, de sentirnos dependientes, vulnerables y esponjosos como nuestros pulmones, a los que curiosamente parece que ataca nuestro sistema inmune cuando la infección se descontrola. Poder vivir sintiendo nuestra vulnerabilidad, que somos porosos, permeables y en relación con lo externo. Poder estar en presencia y contacto con lo que toca, dentro y fuera, agradable o desagradable, con lo que hay, sin ponerle juicio ni etiquetas. VIVIR.

Poder recobrar nuestro poder personal, y esto conlleva una responsabilidad, poder escuchar y reflexionar, buscar las diferentes miradas para poder escuchar un criterio propio que no copia y pega como un loro lo repetido mil veces. Poder coger las riendas de nuestra vida y nuestra salud, esto que ahora! se nos pide, quedarnos en casa con los síntomas, el no ir a los médicos por cualquier cosa, que apela a nuestra responsabilidad y sabiduría corporal, cuando llevamos años escuchando que el médico lo sabe todo, que no hace falta escucharse y que con medicación se cura todo (incluidos los males del alma?). El poder personal con autoridad personal permite reconocer la autoridad del otro y también escucharlo, pero sin desconectarse de uno entregando nuestra libertad y autonomía.

Esto se relaciona con el poder tejer redes de apoyo y solidaridad, crear ecosistema humano, de colaboración e interdependencia, dejando las libertades individuales en manos de los individuos y regulando el campo de juego básico con unas normas básicas donde existe el respeto y se fomenta el intercambio, la solidaridad y el trabajo y aportación de las personas. (Y al decir personas no hablo de grandes empresas sino de personas). Esta es la respuesta “femenina” ante el estrés, de diálogo y cooperación, mediada por la oxitocina, que no es tan ampliamente conocida como la respuesta ataque/huida e inmovilización. Y pongo femenina entre comillas para referirme a una respuesta con energía femenina, no adscrita a un sexo determinado. Necesitamos más ternura y maternaje y menos violencia y exigencia.

Retomar esto que hemos descubierto importante cuando nos ha faltado: Lo importante que son las manos, el cuerpo  y el contacto para transmitir, el acompañamiento en los rituales colectivos y las reuniones familiares, la importancia de los vínculos, los elementos naturales que nos ayudan en la salud y tanto echamos en falta, el aire limpio, el sol, los buenos alimentos, la tierra en nuestros pies. Si nos quedara poco tiempo de vida, estoy segura nadie lo utilizaría para trabajar más.

Los seres humanos somos resilientes, tenemos recursos, somos creativos, podemos utilizar nuestra energía sobrante (aquí hablo de las personas que no sólo están sobreviviendo, sino que tienen lo suficiente y un poco más) para darnos cuenta y conectarnos con lo que se necesita en cada momento, si no malgastamos nuestra energía en vigilar al otro, criticar, enfadarnos por asuntos que no tienen solución, exigirnos, trabajar sin descanso, quizás la podamos colocar de forma constructiva en contribuir que en nuestra medida, el mundo a la salida, sea un poquito mejor.

¿Seguiremos mirando?

Isabel Villanueva RED DE MAR



lunes, 8 de abril de 2019

Nuevas fechas para el Grupo de Apoyo al posparto

El grupo de Apoyo RED DE MAR, lleva casi 11 años funcionando de forma oficial en Valladolid, los comienzos fueron oficiosos, en casa de amigas tomando té y hablando de nuestras crianzas y puerperios. Estoy muy contenta de seguir facilitando un espacio donde poder compartir lo que nos pasa.
Desde hace 3 años lo hacemos en unión a lactancia en positivo, para acoger las dificultades en la lactancia y apoyar desde ahí, pero siento muy importante seguir ofreciendo el espacio abierto general de puerperio. Y poder diferenciar, desde el año pasado, las reuniones de lactancia de las de acompañamiento emocional, ya que muchas veces las reuniones sobre lactancia son más directivas, más de recomendaciones y dudas y yo necesito seguir contribuyendo desde el saber interno, desde el propio descubrimiento personal, desde la confianza en que en cada momento podré tomar la mejor opción y sobre todo desde la escucha profunda a mi hijo y a mi misma, y a veces despista recibir información, aunque sea de calidad, cuidada y en esta línea de trabajo. (También a veces es necesaria y ayuda, sobre todo cuando la causa de problemas en la lactancia no es tanto un asunto emocional)

Me encuentro muchas veces con la tentación (y la acción) de coger este sitio, el de la que sabe, de experto, de profesional y poder nombrar lo que sé, de colocar mi mirada, y si bien esto es necesario a veces para ampliar a las mujeres la visión, para dar luz, me cuestiono en estos tiempos de tanta información y bombardeo externo si no estaré contribuyendo así a la desconexión de las madres apoyando a colocarnos (soy también madre, me incluyo) en un lugar más infantil de recibir ayuda externa, de pedir, de sentirnos víctimas y sin poder, necesitadas del saber externo y muchas veces del discurso oficial (que dificulta el cuestionamiento, la duda y la revisión de lo que se hace, tan necesaria) Y a la vez siento que este saber de mujer, de madre, de camino andado también tiene su lugar, siempre no se superponga en el camino del otro, sino que acompañe como luz en el camino

Tampoco veo claro el camino sea el silencio, pues es frágil y se llena facilmente de ruidos y palabras de otros lados, así que así estoy, cuestionándome desde dónde acompañar, desde dónde ayudo al otro a coger su responsabilidad, su saber, su fuerza, a respetar sus dudas, miedos y penas.

Me resulta tan en el filo y tan difícil este sitio, y siento ahí está el meollo de la cuestión, desde dónde acompaño, cual es mi mirada como acompañante de la maternidad, cómo veo a las madres? y cómo me coloco yo?

Esta revisión hecha en profundidad no es tan sencilla como parece, creo tiene varias capas, que se enlaza con mi propia historia, con quien soy, con cómo veo la vida.

En estoy estoy, con tanto cuestionamiento, preguntándome desde dónde trabajar con la raiz, viendo como el embarazo ya es muy tarde para poder trabajar en el poder y la fuerza de las madres y de los padres también.

Mientras tanto, nos vemos dos jueves al mes, quizás muchas respuestas se vayan desenmarañando reunión a reunión.

Isabel



viernes, 22 de marzo de 2019

Autocuidado para mujeres

Los árboles me han fascinado desde niña. Cómo de una pequeña semilla puede brotar la vida, abriéndose paso por la carcasa dura de la simiente, un tallo frágil y tierno, y de ahí puede crecer un árbol de tronco firme y raíces profundas.
La metáfora del árbol me acompaña y ayuda a entender este misterio de la vida, de acoger cómo crecen mis hijas y cómo maduro yo. Me sirve de refugio interior cuando necesito nutrirme y retirarme. Como dice Clarissa Pinkola Estés:

"La soledad es como un bosque desplegable que llevo conmigo donde quiera que voy y extiendo a mi alrededor cuando necesito"
Cada vez veo más importante, especialmente como mujer, al estar todavía viviendo con un software patriarcal (lo llamo así para nombrar lo instalado de serie a veces poco visible y consciente y que opera a mi alrededor y en mi) el hacerme cargo de mi vida, responsabilizarme de lo que yo necesito, quiero, siento, de lo que me hace bien a mi (que puede no coincidir con lo cómodo o lo agradable o lo que me gusta).
De buscar activamente mi cuidado, desde un plano más superficial, con el cuidado físico, nutrición y mantenimiento de mis células y mi entorno, a un cuidado más profundo atendiendo y escuchando mi sentir, respetando mis ritmos y dejando a la sabiduría del cuerpo y de la vida que sigan el camino. El autocuidado como un proceso de capas.

Y en este paralelismo con el árbol me  pregunto..Cuanto cuidado del terreno, de las condiciones para que la semilla germine... desde la oscuridad...
Qué ayuda a potenciar el crecimiento... un buen jardinero, abono,  luz y aire...
¿Qué está esperando a brotar?

Cuántos dones/frutos puedo recoger, valorarlos y saborearlos. Cómo despliego mi creatividad y estos dones en el mundo. Cómo estoy con la savia parada, descansando.


Cuántos obstáculos impiden que el flujo de la vida siga adelante

¿Cuanto somos para otros y no somos para nosotros mismos?

Así que me dejo estar en mi árbol interno, este que me da solidez, centro y vida y respiro, vivo, estoy.
Arbol Interior. Pastel. Isabel Villanueva
Buen viaje y crecimiento
Isabel

lunes, 3 de septiembre de 2018

Autocuidado y música


Este verano he necesitado alimentarme bien, descansar, nutrirme. Siempre me ha gustado la música y esta pasión no la tenía muy actualizada en mi vida. Gracias a un buen consejo terapéutico desempolvé mis partituras, mis discos de ópera y me he pasado unos meses inmersa de nuevo en la belleza de Bach, Gounod, Grieg, Puccini, Debussy, Beethoven, Mozart, por citar algunos de mis favoritos.

Encontré un puente entre psicoterapia y música en los libros de James Rhodes y me volvió a rodear la magia. Me gustó su mirada reparadora y fresca sobre la música, la música como un refugio, como un lugar precioso y especial, un jardín secreto donde poder acudir a revivificarnos y conectarnos con la armonía y lo hermoso. En sus libros también hay ración de vida cruda, que me revolvió y conmovió, nombra con todas las letras la polaridad de la belleza y la bondad sin perder esta inocencia y apertura con lo bello.
Así que en mis mañanas libres, cuando los vecinos ya estaban despiertos, abro mi piano y respiro. Disfruto del "bloque intacto" , ese espacio indiferenciado donde todo es posible antes de comenzar a tocar, esa "sensación de alegría y privilegio por estar a punto de dedicar un poco de mi tiempo a esto" Esto del bloque intacto no es mio, tiene más de 2500 años, lo encontré en el libro "El poder del Tao" de Lou Marinoff, un libro fácil de leer, un buen libro para mi verano.
He descubierto que cuanto más enraizados están mis pies en el suelo, toco mejor, o mejor dicho, las notas salen más limpias, mis dedos están más seguros y parece la obra se interpreta sola. Ese lugar me gusta, un lugar de fluidez, donde la música me atraviesa y me olvido de mi. Cuando vuelve mi mente y trato de leer la partitura me suelo atascar o noto mi duda y esto se refleja en los dedos.
Así que dibujé esta sensación de raíz tocando el piano, respirando, como una meditación en movimiento. Un buen trabajo terapéutico de soltar la mente, abrirme a la música, confiar en el cuerpo, y disfrutar. Nunca había tocado el piano así. El no tener un examen a la vista, un tribunal que juzga la interpretación me da más ligereza, me permite elegir las piezas que más me gustan y tocar sólo el tiempo que quiero, que curiosamente es todos los días varias veces.
Estoy muy agradecida de poder disfrutar la música de haber invertido tiempo estudiando piano para poder hoy hacer esto sin exigencias, me vienen recuerdos de mis maestras Maruja Ortega, Carmen Morín, la de horas y horas que he pasado en mi vida en clase, con el piano, solfeando, escuchando, con mi dedo meñique disparado al cielo y corrigiendo posición.
Redondeando las lecturas del verano, encontré Creatividad curativa, de Michael Samuels, que junto con el libro de Julia cameron y el de Pat Allen, son mi triada favorita en cuanto a libros nutricios con la creatividad y el arte. Repara las heridas con nuestro artista interno "Recuperar el artista interior es el mismo proceso natural que hace que broten los árboles cada primavera"
Y confieso mis lecturas friquis de verano, como otras veces, el maestro Stephen King y una lectura  para amantes de la NASA y marte. El marciano, una novela de Andy Weir con sentido del humor, mucha ingeniería friqui y paisajes rojizos. 
Así que este verano he podido darme citas con mi artista interior, dejarme en paz, leer, dormir y hacer vida de lagartija, tejer una chaqueta eterna, estar en la naturaleza, respetar mi ritmo interno (ahora leeeeeentooooo), y disfrutar de mis sentidos, mis piernas y mi vida con personas a las que amo y aprecio. Una buena combinación de autocuidado y reparación que necesitaba.
A ver cómo hago para conservar algo de esto en el diario con horarios y colegios.
Así que pido ayuda y el Tao acude en mi rescate
"Conoce lo personal pero cíñete a lo impersonal. Acepta el mundo tal y como es. Entonces el Tao iluminará tu interior y regresarás al Bloque intacto" Tao Te Ching. poema 28

jueves, 25 de enero de 2018

El viaje de la mujer

Quizás ya sientes que has comenzado el viaje. Respondiste la llamada y saliste de la zona de confort hacia lo desconocido. Quizás el motor de la partida fuera muy concreto pero ahora ya no está tan claro, tienes dudas, miedo, mientras empiezan a pasar cosas. Algunas las vives como apoyos y otras parecen obstáculos en el camino. Estás en pleno viaje,  hay mapas, les ha habido desde que se empezaron a escribir las grandes historias, aunque nadie te podrá decir cómo va a ser tu viaje, lo que si dicen los mapas es que hay lugares oscuros, y que tarde o temprano si uno los atraviesa, se abre y tiene el coraje de rendirse, aparece una luz en la oscuridad y comienza el viaje de retorno, tras una transformación y un tesoro quizás diferente del que uno esperaba encontrar.

El viaje heroico de las mujeres difiere en algunos aspectos al de los hombres, Joseph Campbell habla que mientras el viaje masculino es hacia arriba y afuera, saliendo al bosque de la aventura a cazar dragones, a través del espacio. Las mujeres realizamos un viaje más interior, hacia dentro y abajo y a través del tiempo.
Este viaje de la heroina suele comenzar en la edad madura y es un viaje hacia las profundidades de la psique. Una aventura que trata de responder a la pregunta de ¿Quien soy yo?, más allá de mis identidades, mi historia, mis pertenencias.
Las mujeres tenemos una conexión especial con el cuerpo, con la vida, con los animales y la naturaleza, este viaje interior supone un retorno a casa invitar a habitarnos, a conocernos, a trascender nuestra historia y a iluminar el mundo con el amor, y no sólo a los demás, también a nosotras. El viaje parte de casa y vuelve a casa, aunque tras la aventura ya no somos las mismas.

En febrero exploraremos el VIAJE con dificultades (Ordeal) para un grupo cuidado de mujeres, un espacio de escucha y de descubrimiento. Mientras que en el tramo de la llamada, con el arquetipo más joven comenzando la andadura usábamos los cuentos de hadas como mapas para orientar esta preparación del viaje. En este tramo será la primera historia escrita de la humanidad con una heroina como protagonista la que ilumine el camino, Inanna.

Esta segunda etapa del viaje de la heroina despliega los arquetipos de la cuidadora, la guerrera, y también supone el encuentro con las partes sombrías, lo que nos cuesta ver de nosotras. Todo ello acompañado del testigo hacia el encuentro de lo femenino.

Buen viaje!!


'Si el camino que tienes delante se encuentra despejado, estás probablemente ante el camino de otro'

Joseph Campbell





lunes, 30 de octubre de 2017

Sexualidad en el Puerperio Posparto

De la pareja a familia. Transitando hacia la piel y los sentidos

El nacimiento de un hijo supone numerosos cambios vitales, los cambios más evidentes, los que se perciben antes de dar a luz, son quizás los más fáciles de asumir y recorrer, sin embargo hay cambios profundos, vivencias en la identidad propia, los vínculos, sorpresa por las emociones que surgen, que son más difíciles de conocer de antemano y con los que muchas parejas se sorprenden cuando aparecen junto a la llegada de su hijo.

Cuando nace un hijo también nace una madre y un padre, en los momentos después del parto, la pareja, de forma abrupta, pasa de ser dos a cuidar de un ser dependiente las 24 horas del día, que además viene sin manual de instrucciones. Eso supone disponer de mucha energía para aprender el “lenguaje del hijo” y mucha energía para poder cuidarlo y mantenerlo con vida y sano.
El tiempo disponible para el ocio, la pareja, los amigos, se ve drásticamente reducido con la llegada del bebé, porque el tiempo de un día son 24 horas y el cuidado del bebé ocupa mucho de este tiempo, el tiempo restante suele quedar para los aspectos imprescindibles de sostenimiento humano, y a veces ni eso, comer, dormir, higiene básica, etc.
Esta energía dispuesta para el bebé está apoyada a nivel biológico a través de un complejo sistema hormonal y emocional, que proporciona, especialmente a la madre, refuerzos para cuidar de esta forma tan entregada y amorosa, de una forma que los bebés humanos necesitan para su desarrollo físico, afectivo y psicológico (creación de un apego seguro). Entre estos refuerzos, la madre destina su sexualidad y sensualidad a lo sensorial y lo relacionado con el bebé de esta forma:
  • Debido a la prolactina segregada para la lactancia la madre dirige el interés  hacia el bebé y supone una reducción de testosterona, que está relacionada con el deseo sexual. Las endorfinas segregadas envuelven a la madre y al bebé en un nido amoroso donde hay poco espacio y energía para otras personas o intereses.
  • Los altos niveles de Oxitocina, segregados en el parto y después de éste durante el amamantamiento facilitan que la experiencia de lactancia sea placentera, incluso la madre puede experimentar sensaciones intensas de placer mientras da de mamar
  • Los estrógenos disminuyen, lo que supone una disminución de la lubricación genital
  • El parto supone una experiencia sexual para la mujer intensa y fuerte, durante el mismo se segregan las mismas hormonas que durante el coito, incluso en cantidades más altas
Además, la madre después del parto, especialmente si ha tenido un parto intervenido o una cesárea (lo cual es una operación mayor, que necesita un tiempo adicional de recuperación corporal) puede estar:
  •         Terriblemente cansada, esto se agrava al estar pendiente del bebé, que en los primeros meses no establece un ritmo de sueño constante ni diferencia entre la noche y el día
  •         Dolorida o molesta en la zona genital, sobre todo si ha sufrido una episiotomía, toda la zona vaginal y vulvar ha sido intensamente estimulada con un parto vaginal
  •        Pendiente del bebé, lo cual hace que sea difícil centrarse en otra actividad de ocio o de placer como antes, el bebé puede llorar o reclamar en cualquier momento y esta atención vigilante no ayuda a dejarse llevar y relajarse con un encuentro íntimo
  •      Con el cuerpo muy sensible, las mamas pueden estar doloridas o muy sensibles al tacto, por lo que las caricias que quizás antes pudieran ser excitantes y placenteras, después del parto pueden resultar molestas y no deseadas. También puede estar con extrañeza descubriendo este nuevo cuerpo, que segrega fluidos, que se va acomodando lentamente tras el embarazo y el parto.
  •         Emocionalmente a flor de piel, la madre está sintonizada con el bebé, tiene la “piel fina” como su hijo, para poder estar sensible a su sentir y sus necesidades, esto hace que pueda tener altibajos, cambios de humor y una gran sensibilidad. Además puede aparecer enfado, al conectarse con su propia necesidad de ser cuidada y al no poder atender sus propias necesidades, incluso las más básicas, emoción que se suele dirigir hacia la persona más próxima y de confianza, y también puede aparecer agresividad defensiva hacia familia o personas con conductas invasivas (Es habitual la conducta de la madre que reacciona de forma protectora  “el hijo es mío” con familiares o amigos, esta conducta es habitual entre mamíferos y suele ir remitiendo con el tiempo)
  •      Con necesidad de afecto, cuidado y cariño. La piel se convierte en una fuente de placer muy importante para la madre. Si la madre está cuidada será más fácil para ella disponer de cuidado a su hijo, si está bien nutrida podrá dar a su hijo afecto amor y cariño.
  •         Insegura y desconcertada con los cambios en su vida, el cambio corporal,  su pérdida de identidad como trabajadora, el rol de madre que puede desplazar temporalmente  la identidad de mujer, pareja, amiga, ciudadana activa. Por todo ello, la mujer puede sentirse poco atractiva, poco interesante y pueden aparecer temores a no ser deseada, relegada al espacio de la casa y con poco tiempo para cuidarse ella.
  •   Enamorada y absorta con su bebé. Interesada y fascinada con él y lo relacionado con la maternidad, La mirada de la madre se desplaza hacia el hijo, para crear este vínculo tan importante para su crecimiento.
  •     Presionada con volver a tener relaciones coitales. El tiempo para restablecer las relaciones con penetración no lo marca lo biológico, el tiempo de curación de heridas o el restablecimiento físico (la famosa cuarentena), lo marca el deseo y la disponibilidad de la mujer, respetando su propio reloj interno (y no sólo los indicadores externos), esto puede variar de una mujer a otra, ya que se trata de un tiempo subjetivo.
Todas estas condiciones del posparto no suelen ayudar a restablecer los encuentros sexuales de pareja. Ya hemos visto que se producen cambios profundos a varios niveles en la maternidad, Hace falta un tiempo para acoplarse a los cambios, permitir el restablecimiento del cuerpo y las emociones e ir colocando la experiencia transformadora de la maternidad. Esto incluye la sexualidad, que puede cambiar tras la llegada de un hijo por todo lo comentado anteriormente.

¿Y qué pasa con el padre? La llegada del bebé supone un gran cambio también para el padre.

Los hombres actualmente pueden tener dificultades para encontrarse con la función padre, ¿qué es ser padre hoy? Actualmente el rol del padre está ampliado, ya no es sólo la persona que aprovisiona o va a trabajar, actualmente el padre está involucrado en la crianza e incluso puede ser el cuidador primario. Esto supone un reto extra ya que no está muy claro qué lugar ocupar, especialmente los primeros meses de llegada del bebé, donde la madre suele atender las necesidades nutricias del hijo si da de mamar.
Es posible que el padre esté desorientado, no sepa qué lugar ocupa en esta relación mamá-bebé, ni entienda qué ha pasado con su pareja.
Como una de las formas de restablecer la conexión, de acercarse emocionalmente es a través de las prácticas sexuales, puede que quiera restablecer los momentos de intimidad antes que su pareja. El posparto es un momento MUY ESPECIAL y una oportunidad para ampliar los encuentros no sólo con prácticas coitales sino también con masajes, caricias, abrazos y cuidados. Normalmente la mujer no suele desear un encuentro con penetración, y a la vez necesita la parte afectiva, de piel e intimidad del encuentro íntimo. El padre puede interpretar la petición de afecto de la madre como demanda de sexo y luego sentirse rechazado al rechazar la madre el encuentro sexual, especialmente con penetración. Además puede creerse excluido de la relación amorosa y especial entre madre-hijo, tan necesaria para la creación de un vínculo de apego seguro.
Si a esto sumamos los niveles de cansancio y el poco tiempo personal y de ocio durante estos primeros meses, vemos cómo a veces la situación de pareja puede ser vivida como crítica, cuando se trata de una crisis situacional y que suele evolucionar con el tiempo y los cambios evolutivos en la crianza.
Normalmente a los 6 meses los cambios a nivel fisiológico se van suavizando, ya que el nivel de prolactina baja y los niveles de hormonas responsables de la líbido empiezan a subir.

Propuestas y Reencuentros en la práctica amorosa y el encuentro de pareja
Una oportunidad para volver a la piel y a lo sensorial

Está claro que el encuentro sexual, como manifestación de encuentro libre e íntimo entre dos personas ha de ser querido y aceptado por las dos partes.
¿Cómo poder, entonces, acercar las necesidades de efecto, nutrición, conexión e intimidad que suelen satisfacerse con la relación de pareja cuando tanto el deseo como la energía para la actividad sexual está disminuida?
Cada pareja es un universo, seguramente con este marco general pueda la pareja ir encontrando aquellas prácticas, actividades y encuentros que más les satisfagan y que sean placenteros y gustosos para los dos.
Como ampliación podría ser posible probar con alguna de estas propuestas y ver si cuadran con cada uno y con la dinámica familiar:
  •         Crear espacios de COMUNICACIÓN, de compartir lo que me está pasando, cómo lo estoy viviendo, más allá de las expectativas o de lo que otros dicen debería ser. Poder hablar de los miedos, inseguridades, enfados, y crear un espacio de escucha y respeto donde poder recoger estas vivencias, a veces ambivalentes con la llegada del bebé.
  •    Buscar tiempo de acercamiento corporal. DAR Y RECIBIR PLACER SIN EXIGENCIAS. Tocar piel y ser tocado es una experiencia relajante y nutritiva de reconocimiento del otro y del propio cuerpo. Crear espacios de masajes y caricias por el cuerpo, excluyendo  inicialmente la zona genital, con la finalidad de transmitir amor, presencia y poder disfrutar del contacto y de lo sensorial.
  •         Si la mujer se siente sensual y le apetece ampliar el juego, una variante consiste en ampliar las zonas de caricias a los genitales y los pechos, si a ella le gusta. Estos masajes no están orientados al orgasmo sino a aumentar el placer y el disfrute sin alcanzar ninguna meta concreta
o     Puede ayudar crear el propio aceite de masaje con un aceite vegetal y aceites esenciales de calidad (son estimulantes los aceites de Ylang-Ylang, rosa, canela, sándalo, jazmín…pero puedes usar los olores que te gusten)
o   Las caricias han de ser lentas al principio , para permitir que los nervios puedan integrar las sensaciones, no se trata de un masaje terapéutico, para aliviar tensiones, sino de buscar el placer y el goce del contacto
o   Cada uno puede estar responsable y consciente de su propio placer mientras recibe el contacto, por ello va bien dar indicaciones al otro, sobre una zona que agrada más ser acariciada o una necesidad que surja en el momento.
  •         Si se desea una relación coital, probar con un lubricante vaginal o un aceite vegetal (si no se usa preservativo) para facilitar la penetración
En resumen, Sexualidad es mucho más que genitalidad y penetración, hay tiempo para recobrar las prácticas anteriores al parto, en este intervalo del puerperio hay una oportunidad para abrirse y ampliar a otros encuentros quizás más acordes al momento y las necesidades, sabiendo que el posparto es un momento de transición y cambio y que dura mucho más que 40 días.

La función madre y padre lleva mucha energía, aunque es necesario que conforme el hijo vaya creciendo, esta función no coja todo el espacio de la persona, sino que se incluya en un espacio más amplio, donde poder ser la mujer o el hombre que cada uno desea, donde está incluida la sexualidad como forma de comunicación, de disfrute del cuerpo y de encuentro con el placer y los sentidos. De esta forma podremos acompañar al hijo desde el encuentro y el aprendizaje de ser uno mismo

Pasar de pareja a familia lleva su tiempo y se necesita mucho amor, paciencia y cuidado para ir tejiendo los vínculos. 3 es más que 2+1 hace falta un tiempo de reorganización para pasar de pareja a familia y luego un tiempo y energía para ir recuperando parcelas que son importantes para la persona.

Hace falta tiempo, respeto y diálogo. Merece la pena.

Feliz camino.

Isabel Villanueva
Psicóloga sanitaria CL-3071.
Psicóloga perinatal. Psicoterapeuta gestalt y corporal integrativo
reddemar@gmail.com

BIBLIOGRAFIA

·     Sexuality in the puerperium: the experience of a group of women Natália Rejane SalimI; Dulce Maria Rosa Gualda Rev. esc. enferm. USP vol.44 no.4 São Paulo Dec. 2010

·      Fatherhood in focus, sexual activity can wait: new fathers experience about sexual life after childbirth Ann Olsson RNM, PhD,Eva Robertson RNM, PhD,Anders Björklund MDr, PhD,Eva Nissen RNMTD, PhD, Scandinavian Journal of Caring Sciences

·      Sexuality in the Puerperium: A Review. Kenneth J. Reamy, M.D., M.P.H., 1 and Susan E. White, Ph.D, Archives of Sexual Behavior, Vol. 16, No. 2, 1987
·     Human sexuality during pregnancy and the postpartum period. Brtnicka H, Weiss P, Zverina J., Editorial: Bratisl Lek Listy. 2009

·      Michel Odent. Mi bebé es un mamífero, la vida fetal, el nacimiento y el futuro de la humanidad, la función de los orgasmos

·      Sexualidad en el puerperio, S. Martín de María. 

·      La nueva terapia sexual. Helen Singer Kaplan, Ed. Alianza editorial

·      Lactancia maternidad y sexualidad. Inma Marcos, Alba lactancia materna   




viernes, 26 de mayo de 2017

La que siembra en la oscuridad

Dibujo:  Leah Dorion 
Este oficio de madre va evolucionando con el tiempo de las criaturas. Es un lugar a tiempo completo durante los primeros meses de crianza, que agota y también llena, de ahí el peligro de no soltar y quedarnos atrapadas en la carcasa de la madre más tiempo del necesario.

Este tiempo de primera crianza es como un periodo de base, de nutrir la tierra, de ararla y prepararla, si esto no se hace, si no se ofrece a la criatura amor, cuidado y presencia, el terreno puede no estar bien preparado a lo que venga después, es como poner los cimientos de una casa. Este periodo es poco vistoso en el sentido de que el trabajo de vínculo, de apego, nutritivo, está invisibilizado y poco valorado y apoyado. Esto, unido a la inmensidad de la tarea hace que estos tiempos de maternidad sean intensos y a veces muy duros.

Cada madre aporta lo que es, en este periodo primero, su capacidad de darse, su presencia, su forma de estar en el mundo.  El margen de maniobra para hacer algo diferente (por ejemplo, estar más presente o tener más paciencia, o más entrega con el bebé) es pequeño. Es meter el ESFUERZO, el FORZAR en una relación que está basada en compartir en lo que uno es, con las partes nos gustan y con las que no. Es obligar/nos a dar más delo que podemos/tenemos, con lo cual este empeño está condenado al fracaso a medio plazo y peor aún a que aparezca la culpa y el resentimiento.  Es poner más presión en un momento en que hay poco espacio para una misma, en un momento en que hay poco descanso, cuidado y ocio personal.

Poder DESCANSAR en la madre que una es, especialmente para aquellas mujeres que eligen una crianza con apego, poder ACEPTAR quien soy en este momento, poder ESCUCHAR mis necesidades, aunque en este momento no pueda satisfacerlas es muy importante. Para mi el concepto “madre suficientemente buena” acuñado por Winnicott me resulta bálsamo y antídoto ante la exigencia desmesurada – a veces de forma sobre humana- y la búsqueda del ideal poco real de la “buena madre”

Como en todo proceso de crecimiento orgánico, las velocidades no son lineales ni homogéneas, el vínculo madre/bebé, va cambiando y trasformándose con el tiempo y esta atención estrecha y cuidado nutricio cambia de forma e intensidad conforme el hijo va creciendo.
Aparecen nuevos retos y nuevos lugares que visitar.
Como comentaba una madre en el grupo de apoyo que facilito…es como pasar a otro escenario cuando ya le has cogido el truco al momento  actual, y estar cambiando constantemente.

Si hay una tarea que comienza en nuestra andadura como madres y que continua es la de estar en contacto con la duda. ¿Qué hago? ¿Lo estaré haciendo bien? Estas preguntas son terribles ya que dan a entender que hay una respuesta correcta y otra incorrecta, si como criar a un humano fuera como resolver un examen y encontrar la solución a un problema.

No hay respuesta concreta, es variable en función del niño, la madre, la situación, el momento, y cuantas variables más. Y qué tentación de poder apaciguar la duda, el miedo debajo de la duda, que se despliega a veces como fantasía catastrófica con poca base de realidad, de ahí que abunden los expertos, los libros de crianza y los consejos bienintencionados que tratan de apaciguar este susto
Y si en lugar de salir corriendo del estado de duda pudiéramos abrazarlo y aceptarlo como un lugar propio de la maternidad? Como una invitación a no dormirnos, a estar en la cresta de ola, en el cambio, abiertas y atentas a lo que pide el momento y poder tener la confianza de decidir lo más adecuado en cada momento. De poder escuchar el miedo y revisar si tiene realidad y fundamento y hacer algo con lo real (ocuparse no preocuparse)

La duda como una señal de estar conectadas con la incertidumbre, el no saberlo todo, ni falta que hace, y aun así poner el corazón y el alma en seguir adelante sin parálisis y sin saber qué pasará- la sabiduría de la inseguridad, diría Alan Watts.
En esta metáfora de la siembra, es como visualizar la tarea de maternar, de educar como una siembra en la oscuridad, como plantar la simiente sin tener la certeza de si crecerá y cómo lo hará. Haciéndolo lo mejor posible, conscientemente. Tal y como vivimos, caminamos sin conocer el camino que se abre y no por ello dejamos de hacerlo.

La tarea educativa y de acompañamiento tiene poco de certezas y resultados rápidos a corto plazo. Es más bien un estar ahí, sin asustarnos demasiado, sin saber mucho y con la guía del cuerpo y del corazón. Es un confiar en el otro y poder desplegar una forma de ver y oír especial, más profunda, más allá delas palabras y de lo superficial que se muestra.

Es una tarea de ritmo orgánico lento y cíclico, tal y como respetamos el crecimiento de las plantas sin forzarlas ni tirar de ellas para que crezcan más rápido, de periodos de acelere y otros de latencia.
De alguna forma criamos como vivimos,  en la confianza de que estas vivencias nos ayudarán a aprender, nos marcarán el camino de vuelta a casa, que suele estar muy cerca de nuestro corazón.


Buen tiempo de siembra.

lunes, 13 de marzo de 2017

LA LLAMADA, EL INICIO DEL VIAJE


Toda buena historia tiene un comienzo. Este inicio a veces es una llamada suave y a veces tiene un principio abrupto.

En el viaje interior la llamada es una invitación a escuchar el río bajo el río, como dice Clarissa Pinkola Estés, la vocación, lo que me mueve, mi propósito vital, quien soy yo. Esta llamada puede ser escuchada y rechazada pero vuelve una y otra vez como propuesta para actualizar mi vida, para vivirla con sentido y centro, respondiendo a mi naturaleza y mi verdad.

La llamada es una voz externa que invita a salir de viaje, salir de lo conocido, del hogar, a la aventura de lo desconocido en busca del tesoro. Esta llamada no es otra que la voz interna, especialmente las partes negadas en la sombra que nos invitan a un reencuentro e integración.

Hay mujeres que sufren una crisis en su mediana edad, tras alcanzar su objetivo vital, al llegar a la cumbre de lo que pensaban era su propósito de vida y se encuentran con un vacío, una sed de algo que no pueden definir. Si uno se queda lo suficiente la semilla podrá brotar y aparecerá un camino entre la bruma donde poder avanzar paso a paso en contacto con el corazón, sin ver quizás muy lejos, pero sí con una luz como guía y siguiendo el rastro con la intuición.

Para comenzar este viaje necesitamos ilusión e inocencia, necesitamos la curiosidad de la niña y la ingenuidad de que encontraremos el tesoro, sea lo que nos hayamos imaginado que es.

En la propuesta de talleres ALUMBRANDO LA MUJER QUE SOY, en esta primera estación revisaremos cómo son los comienzos en mi vida, la llamada, la niña interna y el poder recibir y acoger.  Porque para ser madre, tanto de hijos como de proyectos, hace falta ser hija. Para dar hace falta estar abiertas a recibir para poder nutrirse y crecer. Los inicios son importantes y estos tiempos de comienzos gestan y maduran el fruto que vendrá después.

Los comienzos hablan de primavera, renovación, infancia, receptividad y nacimiento. La energía de este principio es la ligera de la niña, la hija, la doncella. La que recibe y aprende, la que busca y juega.

Para mi el elemento del origen es el agua, ya que es el origen de la vida y tiene esta naturaleza líquida y protectora de nuestro primer hogar. Esta agua que da luz a la vida y nutre a la semilla hasta que busca la tierra.

Así, con alegría, disfrute y consciencia comenzamos un viaje de tres sesiones, bien acompañadas por mujeres utilizando recursos de esta energía femenina, el arte, lo natural, el círculo, las historias medicina, el acompañamiento desde la gestalt, lo simbólico, los elementos, los rituales y sobre todo LA ESCUCHA PROFUNDA Y EL PODER DEL GRUPO.

Muy bienvenida al viaje!!

Dibujo: Amanecer Georgia O´Keeffe



miércoles, 25 de enero de 2017

CAMINO DE CORAZÓN

“La influencia de una persona vital, vitaliza, de esto no hay duda alguna. El mundo sin espíritu es un terreno baldío. La gente tiene la idea de que se puede salvar el mundo cambiando las cosas de lugar, cambiando las reglas, cambiando de lugar a los que mandan y cosas así. ¡No, no! Cualquier mundo es válido si está vivo. Lo que hay que hacer es darle vida, y el único modo de hacerlo es hallar en tu propio caso dónde está la vida y reavivarte tú mismo.

“Seguid el camino de vuestro corazón. Encontrad donde está, y  no temais internaros ahí”

JOSEPH CAMPBELL


Como una luz que me alumbra el camino, los mitos me acompañan, desde que era pequeña me recuerdo leyendo los mitos griegos y tratando de descifrar el lenguaje griego y egipcio, sin mucho éxito, para poder ir a las fuentes de las historias que me entusiasmaban.

Más tarde llegó Star Wars y este mito moderno eclipsó todo lo conocido anteriormente, con 12 años me fascinó Tolkien y su mitología de El Señor de los anillos, de forma que estas historias articularon mi infancia y juventud, de forma muy intensa y profunda (me recuerdo leyendo en clase los libros, recitando poemas en élfico y dibujando los seres de la Tierra media a todas horas)

Fue mucho más tarde cuando me encontré a Joseph Campbell y su héroe de las mil caras, cuando descubrí que el monomito me había acompañado todo este tiempo.  Durante mi maternidad cuando transitaba por el desierto del posparto la guía de Inanna me alumbró el camino, estas historias femeninas se abrieron a raíz de mi formación con Birthing from within y de conocer a mujeres sabias con las que compartir la travesía.

Si hay algo que me ayuda a vivir es tener presentes las guías de viaje, saber que tras una gran crisis, una gran oscuridad, siempre aparece una luz, que en los momentos de crisis suele aparecer una ayuda, tras permanecer en el vientre de la ballena, uno sale transformado, y que el verdadero tesoro no está en un reino lejano, aunque, como pasa en El alquimista, uno necesita salir de viaje para encontrar que el tesoro siempre ha estado en casa.

Como dice Don Juan Matus “Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte, el otro te debilita.“

Así que camino, viviendo en el filo, preguntándome si el camino elegido tiene corazón, acogiendo los semáforos verdes y ayudas en el viaje, transitando por los valles y desiertos oscuros con guías y escuchándome y aprendiendo a domar mi propio dragón.
En estos tiempos que corren, donde hay tantos retos y aventuras, tiene sentido encontrar la propia guía, no la elegida con la cabeza, con el guión de vida, sino la vida que nos hace felices, que nos llena y resuena, aunque sea un misterio, aunque vayamos a contra corriente, aunque sea un camino poco transitado.¡ Qué hay que tenga más sentido que vivir la propia vida y responder las llamadas y desafíos que nos encontramos!

Termino como empecé, citando a Campbell que nos invita de nuevo acoger las riendas de nuestra aventura y con nuestros dones, aliados  y valores caminar por la senda de la vida en el camino de nuestro corazón.

Un abrazo de luna casi casi oscura
Isabel

“Cada uno de nosotros es una criatura completamente única y que, si hemos de darle algo al mundo, tendrá que venir de nuestra propia experiencia y dela realización de nuestras propias potencialidades, no de las ajenas.”

JOSEPH CAMPBELL

domingo, 6 de noviembre de 2016

LAS PIEDRAS ME LLAMAN

Me encantan las piedras, tengo la casa llena, las redondas, lisas y claras son mi debilidad.
Las piedras tienen una atracción especial, son inertes pero a mi me parece que tienen una forma de vida estática y lenta que me calma.
Algunas piedras son como amuletos, especialmente las semipreciosas o las que tienen un significado personal, en la montaña agradezco que no tengan picos para sentarme y me maravillan las piedras peludas donde sí crece vida vegetal.

Esta primavera visité unas piedras especiales. Me gusta abrazar árboles y personas y no había abrazado una piedra, y es extraño, por un momento, abrazando una gran piedra en Avebury, en Inglaterra, piedras de más de 5000 años de antigüedad que forman un gran círculo, me sentí transportada a esa época donde sólo había piedras, verde y algunos animales. Cómo sería vivir sencilla, sin la tecnología ni coches ni reloj, con el simple objetivo de sobrevivir cada día, comer, dormir, respirar. Mi cerebro está demasiado modernizado y me costó imaginarme cómo vería el mundo y la vida con la cabeza más vacía y los sentidos más abiertos. Cómo sería ser más animal que humano racional, cómo criaría, cómo gestaría, cómo sería el diario salvaje.



Stonehenge está cerca de Avebury, es un emplazamiento más conocido y hay mucha información sobre este lugar del Neolítico y también muchos misterios. El lugar tuvo diferentes círculos de piedra y palos y fué una construcción más moderna de un lugar más antiguo, posiblemente un cementerio, donde había un gran círculo (recinto de foso), que se construyó con astas de ciervos y 56 agujeros circulares de gran tamaño (Agujeros de Aubrey), actualmente quedan unos pocos menhires en forma de trilitos (del griego: tres piedras) y otras piedras semi caidas

Las piedras de Stonhenge tienen historia, unas son de gran tamaño, en el círculo exterior (Piedras de Sarsen, que es una arenisca muy dura), que parece se llevaron desde un lugar a unos 30 Km de Stonhenge. Son unas piedras enormes, que además tuvieron que levantar para construir la forma de trilito tan característica. Las otras piedras son más curiosas, son de un tamaño más pequeño, están en el interior del círculo (piedras azules) y se ha demostrado que las trajeron de un lugar a más de 240 Km de distancia!!! Atravesando mar, tierra y rio. Debían ser unas piedras muy muy especiales para moverlas de tan lejos.

martes, 18 de octubre de 2016

¿CÓMO ES UN TALLER DE BIRTHING FROM WITHIN?

¿CÓMO ES UN TALLER DE BIRTHING FROM WITHIN?

Todo empezó como una llamada. Un libro que apareció en mi vida y me emocionó al encontrar algo que estaba buscando que no sabía ni siquiera que existía, una forma de acompañar en maternidad que agrupara lo práctico y lo espiritual, el conocimiento ancestral con la evidencia científica, lo simbólico y ritual dentro de un contexto natural y cotidiano, encontré que era posible agrupar mis pasiones, mi forma de ver la maternidad, el posparto, de una forma profunda y a la vez vivencial y práctica y la propuesta venía de más allá del mar.

En esos tiempos estas mujeres sabias de BFW venían cada cierto tiempo a Europa a ofrecer esta formación y allí me fui en 2009 a Inglaterra, separándome por primera vez tantas noches de mis hijas y pidiendo una ayuda económica para responder esta llamada profunda hacia…

Birthing from within es más que una forma de acompañar o que un taller para el parto y el embarazo, es una red de más de 200 mentoras por el mundo que seguimos en formación continua y que ayudamos a las mujeres y parejas a atravesar el umbral del nacimiento de un hijo manejando el dolor, la incertidumbre, la duda y el miedo, que suelen aparecer en estos momentos. Es una forma moderna de iniciación en los misterios de la maternidad, que supone un auténtico rito de paso para muchas mujeres y una oportunidad de conocimiento y de encuentro con una misma y con el otro.

Todo esto circula por debajo del taller, como el río debajo del río. De forma visible en un taller hay visualizaciones, teatralizaciones, cuentos, mindfulness, arteterapia dinámicas, explicaciones con materiales manipulativos, trabajo en parejas, hay risas y lágrimas y emociones y música. Sin embargo no es esto lo más característico de un taller de BFW, ya que algunos de estos elementos se pueden encontrar en otros talleres o encuentros de preparación al parto, no es su esencia. El núcleo es más profundo, es la ACEPTACIÓN del momento presente, la PREPARACIÓN emocional a lo que puede venir en la confianza que uno tendrá los recursos para hacerlo frente, es el gran SI a la vida, al bebé y al misterio.


Creo este trabajo es más profundo de lo que parece, es un taller que me sigue moviendo y que me toca cada vez que lo ofrezco. He tardado años en interiorizar su profundidad y sigo en ello, cada vez más y más. Creo que es un trabajo para la vida, no sólo para el día de parto y que devuelve la fuerza a las mujeres al resignificar su experiencia como un reto de guerreras modernas. Creo que es una oportunidad para los hombres de acercarse al territorio femenino del parto y recoger los regalos emocionales del posparto, la oportunidad de escuchar y sentir y de cuidar y acoger la vida.

Agradezco el poder seguir ofreciendo este trabajo que me sigue conmoviendo e inspirando y a Pam y Virginia por su sabiduría y su acompañamiento.

Podéis visitar este video que crearon este año tomando imágenes de varias clases de BFW a lo largo del mundo donde podéis captar un poco del sabor y del estilo BFW

Buena caza

Isabel

sábado, 8 de octubre de 2016

La Montaña y las vivencias en la maternidad

Este verano he vuelto a encontrarme cara a cara con ella, una montaña de León querida y caminada. La montaña seguía igual, grande inmutable y hermosa, yo no. Como me decía una amiga, los tiempos de la montaña son más lentos y es así, en 13 años miraba para atrás y casi no podía reconocer mi vida, mi cuerpo, mis ilusiones y mi mirada al mundo. Hay cosas que quedan, otras han aparecido nuevas.

Y ahí, subiendo, caminando, me encontré con lo parecido y familiar que me resulta esta experiencia montañera con otro gran viaje de mi vida, el parto y el posparto de mis hijas.

La cima a veces la ves y otras no, a veces parece cerca y otras lejos, fantaseo sobre cómo será llegar arriba, las vistas, la cumbre, mientras sé que para subir hace falta caminar, así de simple, un paso, respiro, otro paso, parecen tan chicos estos pasos y sin embargo cuando miro atrás veo un gran trecho recorrido.

Llevo una mochila pequeña, con cosas que creo me van a ayudar, sin embargo mientras subo echo en falta algunas y otras me sobran y las tiraría montaña abajo. Así recuerdo la cantidad de libros, consejos recibidos, listas de qué llevar o no al parto y lo poco que atiné, creo mi “mochila” para esa experiencia fué pesada y poco útil y así aprendí que a la vida y al parto va bien ir con poco peso, ir ligera y abierta.

Hay momentos en que no hay mente mientras subo la montaña, esos son los mejores momentos, sólo yo y la montaña, en presente, caminando y respirando. Me paro y miro el paisaje, respiro. Si aparece el pensamiento, inunda la experiencia y dejo de sentir el verde, el aire y mis pies. Me paro y me doy cuenta de que estoy cansada y de que luego tengo que volver. Esta vivencia de que uno no sube una montaña hasta que no la baja me recuerda lo importante que es tener visión de que la maternidad incluye embarazo-parto-posparto, estas estaciones no son independientes, están interrelacionadas. Cuando estaba embarazada tuve la visión muro que tienen muchas mujeres de no ver más allá del día del parto (no ver de forma realista vaya, porque mi visión era la de un bebé risueño y dormido y una madre preciosa con la melena al viento) y me encontré con que el parto es una puerta detrás de la que está el resto de mi vida como madre.

Hay momentos límites, de no puedo más, y aún así puedo seguir, ¿de dónde sacaré las fuerzas? Es una extraña mezcla de cansancio, dolor, alegría y de ser pequeña haciendo algo muy grande. Subir la montaña duele a ratos, se disfruta a ratos, no por ello dejo de hacerlo, no buscaría una ayuda de una intervención o una medicina salvo que estuviera en riesgo mi vida o me pasara algo o tocara un lugar límite para mi. Me siento fuerte y capaz.

Subir con alguien me ayuda, está claro que el esfuerzo lo hago yo sola, nadie me sube la montaña, veo a mi pareja unos pasos más adelante, me espera, compartimos refrigerio y agua y eso me anima, me siento acompañada.

Y hasta aquí llegué, la cima está a sólo unos metros, pero yo me encuentro muy cansada, no me queda agua y necesito energía para bajar y me planto, decido no seguir. Esta opción no está disponible del todo en un parto, es decir, el bebé tiene que nacer por algún lado ;-), lo que me resuena es la sensación de límite de hasta aquí llegué (en el parto este momento suele ser la antesala del nacimiento del bebé, un momento de transición límite que hace falta atravesar), también e suena esto del posparto. En esta montaña yo tenía opción de hacer cumbre o no, en el parto pensar que podemos elegir todo nos entrampa, podemos elegir dónde dar a luz, quien queremos que nos acompañe, podemos preferir una forma u otra y hacer algún preparativo, pero no podemos elegir lo que nos sucede. Es como en la vida, prefiero me pase esto o aquello, y seguro pongo de mi parte para que ocurra, ahora bien, hay algo que forma parte del misterio que me encuentra, aunque no haya sido mi “elección”. Poder rendirnos y aceptar lo que viene parece una sabia “elección” la de elegir cómo acojo lo que me pasa sin dejar de poner de mi parte.

Dice Byron Katie que tres clases de asuntos, mios, de los demás y de Dios. De los únicos que nos podemos hacer cargo son de los propios. Qué verdad.

Y así, tras optar por no hacer cumbre, me pude regalar un rato extra de vistas, de descanso, de conexión con la aceptación y el rendirse. Este un  lugar conocido también en la maternidad, y desde ahí uno puede comenzar el ascenso/descenso de la montaña. Bajar, bajar, bajar, un paso otro paso, de nuevo largo el camino, encontrando nuevos senderos, apoyo, momentos críticos, apoyo, cuidarse, falta de apoyo… ufff!!

Y la sensación de bajar la montaña con los pies doloridos, el cuerpo cansado y con alma cantarina, con una sensación de yo puedo, lo conseguí.
Ahí me encontré con la montaña, con mis partos, con el laberinto y con el viaje de la vida.


Un abrazo de Otoño cálido y con olor a castaña y a hoja