Me encantan las piedras, tengo la casa llena, las redondas,
lisas y claras son mi debilidad.
Las piedras tienen una atracción especial, son inertes pero
a mi me parece que tienen una forma de vida estática y lenta que me calma.
Algunas piedras son como amuletos, especialmente las
semipreciosas o las que tienen un significado personal, en la montaña agradezco
que no tengan picos para sentarme y me maravillan las piedras peludas donde sí
crece vida vegetal.
Esta primavera visité unas piedras especiales. Me gusta
abrazar árboles y personas y no había abrazado una piedra, y es extraño, por un
momento, abrazando una gran piedra en Avebury, en Inglaterra, piedras de más de
5000 años de antigüedad que forman un gran círculo, me sentí transportada a esa
época donde sólo había piedras, verde y algunos animales. Cómo sería vivir
sencilla, sin la tecnología ni coches ni reloj, con el simple objetivo de
sobrevivir cada día, comer, dormir, respirar. Mi cerebro está demasiado
modernizado y me costó imaginarme cómo vería el mundo y la vida con la cabeza
más vacía y los sentidos más abiertos. Cómo sería ser más animal que humano
racional, cómo criaría, cómo gestaría, cómo sería el diario salvaje.

Stonehenge está cerca de Avebury, es un emplazamiento más
conocido y hay mucha información sobre este lugar del Neolítico y también
muchos misterios. El lugar tuvo diferentes círculos de piedra y palos y fué una
construcción más moderna de un lugar más antiguo, posiblemente un cementerio,
donde había un gran círculo (recinto de foso), que se construyó con astas de
ciervos y 56 agujeros circulares de gran tamaño (Agujeros de Aubrey), actualmente
quedan unos pocos menhires en forma de trilitos (del griego: tres piedras) y otras piedras semi caidas
Las piedras de Stonhenge tienen historia, unas son de gran tamaño, en el círculo exterior (Piedras de Sarsen, que es una arenisca muy dura), que parece se llevaron desde un lugar a unos 30 Km de Stonhenge. Son unas piedras enormes, que además tuvieron que levantar para construir la forma de trilito tan característica. Las otras piedras son más curiosas, son de un tamaño más pequeño, están en el interior del círculo (piedras azules) y se ha demostrado que las trajeron de un lugar a más de 240 Km de distancia!!! Atravesando mar, tierra y rio. Debían ser unas piedras muy muy especiales para moverlas de tan lejos.
Stonhenge está alineado de forma que en el del solsticio de
verano el sol cae por detrás de la piedra del Talón, una gran piedra arenisca
rojiza y en el solsticio de invierno se pone el sol en el suroeste, donde
estaría un gran trilito, del que ahora sólo queda una piedra. Qué hermoso tiene
que ser observar el sol rojizo meterse entre estas grandes piedras.
Fui allí a visitar esta construcción tan antigua y me encontré que las piedras estaban valladas y no era posible acceder a ellas, y menos abrazarlas! el lugar aun así conserva la fuerza y el misterio y hay algo potente en ese círculo de piedras, algunas caídas. Hay un aire decadente y especial en esta elevación del terreno, aunque palidece con los ruidos de los coches en la carretera y las voces de los visitantes y sus cámaras. Me tumbo en la hierba con mi hija para poder sumergirme en el lugar y es como sentir el latido de la tierra en mi ombligo. Mi hija me pide quedarse más allí, hay algo fuerte, intenso, natural y especial en este sitio.
Me imagino qué impresionante el descubrimiento de estas
grandes piedras en esta llanura verde, la de preguntas que nos hacemos los
testigos que las visitamos, ellas responden erguidas y en lenguaje lento y
silencioso. Parece que la función del lugar era la de ser un Templo, una
catedral prehistórica, aunque también se ha interpretado como un observatorio
que marca los movimientos del sol, la luna y las estrellas
Actualmente el lugar es un monumento emblemático, todavía
lleno de misterios que atrae a mucha gente de todo el mundo. Piedras que
señalan algo importante y que merece ser escuchado.
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