Aquí estan las uñas de mis pies... bien cuidaditas y pintadas de un color alegre, femenino y vibrante... El esmalte aparece en el buen tiempo y responde a un ritual de cuidado con promesa interior incluida, que unas compañeras del SAT 3 en Sevilla hicimos el año pasado.
Para mi el pintarse las uñas era el sumum del cuidado personal, algo que sólo haces una vez te has bañado, te has echado crema, estás maquillada, peinada, vestida... es como la guinda del pastel. Hasta el año pasado era algo que no practicaba y que veía como un lujo de tiempo para una mujer, y un super lujo para una madre...
Así que tras nuestro ritual inventado, prometimos que el pintarnos las uñas cada verano era un símbolo de nuestra necesidad de cuidado, de nuestro compromiso de mimarnos, de tratarnos bien. Cada vez que veo mis uñas pintaditas que asoman por las sandalias me acuerdo de que necesito y quiero dedicarme a mi, aunque sea en cosas sencillas... Esos placeres, que mientras estaba embarazada de mi primera hija y leía algunos libros sobre embarazo y puerperio, me parecían triviales y "normales", darse un baño, tomarse una infusión, dar un paseo en el campo, estar en silencio, pintar, leer tranquila... y que ahora me resultan tan nutritivos y especiales... y que disfruto menos veces de las que me gustaría.
También me doy cuenta de lo poco apoyada que está la filosofía de atender las propias necesidades... Lo que me cuesta responder con cariño y respeto las señales de mi cuerpo de... cansancio, sueño, indigestión, tristeza, enfado... De cómo a veces mi cuerpo recurre a una salida socialmente aceptable, como la enfermedad-fiebre-malestar extremo, para hacerse oir y que conecte con el mensaje que lleva tiempo gritando sin palabras. No quiero llegar al agotamiento extremo, ni a la enfermedad, quiero cuidar mi cuerpo, mi alma y escuchar el lenguaje sabio de mi cuerpo de mujer.
Así que aquí dejo suelto el ritual de las uñas, para que cobre vida propia y se extienda por el ciberespacio libre, por si alguna mujer con ganas de cuidarse más, lo quiere atrapar, personalizar, mejorar... Por si alguna mujer quiere juntar a sus amigas del alma y regalarlas un pequeño esmalte y crear un rito femenino, intenso y divertido en una noche de verano...
Sueño con el día que no necesite recordarme el mensaje de cuidado y me pinte las uñas sólo por el placer de hacerlo...
Un abrazo
Isa
2 comentarios:
Que curioso Isa:
Para mí, el pintarme las uñas de los pies también forma parte de un ritual que me hace sentirme bien, hay un tiempo durante la crianza que a duras penas respiras....como para pensar en pintarte las uñas :))
Mi hijo de tres años y medio, se está destetando, creía que yo nunca iba a estar preparada para ese momento, he dedicado tantas, tantas horas a amamantarlo que no daba cuenta del tiempo que invertía en ello, y ahora estoy empezando de nuevo a tener tiempo para mí.....para ducharme tranquilamente, depilarme tranquilamente y pintarme las uñas de los pies......mi hijo se desteta, está hipercariñoso conmigo y con su padre......como si buscase el afecto por otras vías y yo recupero tiempo.....todo pasa y todo llega....ahora me parece que ha sido un suspiro.
Gracias por compartir tus sentimientos.
Clara
Siento que es dificil en el puerperio encontrar un equilibrio entre atender al bebé, a nuestros hijos (no sólo en lo físico y material, sino sobre todo lo emocional) y cuidarnos nosotras. Es un tiempo de volcar la energía en los hijos, pero para funcionar hace falta disponer de esa energía... y buscar alguna recarga, verdad??
Me cuesta ese baile de no descuidarme y de sacar un espacio regenerador y enriquecedor para mi y a la vez de estar por mis hijas y mi pareja (aunque reconozco que al pobre a veces le quedan migajas...)
Todo pasa y todo llega, como bien dices, y cada tiempo tiene su ritmo y su prioridad
Un enorme abrazo
Isa
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