Hola!!
Me gustaría abrir un espacio para compartir cómo fué o cómo está siendo la vivencia de la maternidad en tu día a día.
Me gustaría abrir un espacio para compartir cómo fué o cómo está siendo la vivencia de la maternidad en tu día a día.
Os cuento mi aventura...
Para mi el nacimiento de mi primera hija supuso un cambio integral en mi vida, en mi ser, incluso en mi forma de moverme por el mundo. Lo primero que me sorprendió fué la intensa sensación de vínculo, de unión con el bebé, de conexión vital, como si siguienramos unidas por un cordón umbilical invisible.
Descubrí que me costaba relajarme y adaptarme a su ritmo lento e irregular, convivir con un ritmo tan distinto de la actividad frenética, los horarios, el ruido, el trabajo, y sólo sumergirme en su mirada.
Me costó despedir a la mujer que fuí, fué menos dificil dar la bienvenida a la nueva mamá, y en ese tiempo me encontré con otras mujeres que estaban como yo (sin tiempo personal, con poco espacio de pareja, con cansancio, con un cuerpo diferente...), lo sorprendente no fué encontrarlas sino que costaba hablar de lo que nos estaba pasando. Planeaba sobre nosotras la sentencia de felicidad continua después de haber tenido al bebé (salvo las que se resguardaban en la famosa depresión postparto).
También he vivido el bombardeo múltiple sobre la mejor forma de criar a mi hija, lo que debía y no debía hacer con mi cuerpo, mi vida, mi tiempo... Ese murmullo continuo que puede acallar la voz del instinto, que sale de lo más profundo y que necesita silencio para poder ser escuchada.
Y la sensación de cambio, de volverme más práctica, más gruñona, más paciente, quizás haya despertado a mi bruja interior... y quizás no sea la bruja fea y malvada que parecía a primera vista sino una brujita fuerte, vital y mágica (y gruñona ;-))
Este segundo puerperio es más marino, más tranquilo, a veces tormentoso, vivido con menos mente y más presencia. Sigo haciendo descubrimientos personales, pescando (a veces perlas, otras peces abisales, también botas...) y también encontrándome nuevas amigas, mujeres que formamos una red invisible de solidaridad, respeto y comprensión.
Me costó despedir a la mujer que fuí, fué menos dificil dar la bienvenida a la nueva mamá, y en ese tiempo me encontré con otras mujeres que estaban como yo (sin tiempo personal, con poco espacio de pareja, con cansancio, con un cuerpo diferente...), lo sorprendente no fué encontrarlas sino que costaba hablar de lo que nos estaba pasando. Planeaba sobre nosotras la sentencia de felicidad continua después de haber tenido al bebé (salvo las que se resguardaban en la famosa depresión postparto).
También he vivido el bombardeo múltiple sobre la mejor forma de criar a mi hija, lo que debía y no debía hacer con mi cuerpo, mi vida, mi tiempo... Ese murmullo continuo que puede acallar la voz del instinto, que sale de lo más profundo y que necesita silencio para poder ser escuchada.
Y la sensación de cambio, de volverme más práctica, más gruñona, más paciente, quizás haya despertado a mi bruja interior... y quizás no sea la bruja fea y malvada que parecía a primera vista sino una brujita fuerte, vital y mágica (y gruñona ;-))
Este segundo puerperio es más marino, más tranquilo, a veces tormentoso, vivido con menos mente y más presencia. Sigo haciendo descubrimientos personales, pescando (a veces perlas, otras peces abisales, también botas...) y también encontrándome nuevas amigas, mujeres que formamos una red invisible de solidaridad, respeto y comprensión.
2 comentarios:
¡¡ENHORABUENA POR ESTE BLOG!! te ha quedado genial, lo seguiré muy de cerca ;)
Con tu permiso, pongo el enlace en el otro blog.
muchos besos!!
Me encanta tu blog. me gusta los articulos y todo lo que escribes. un beso.
cris.
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